Nuestras miradas se cruzaron, se hacía tarde pero ¿Qué más da? Estábamos el uno frente al otro sonriendo, sin decir palabra.. nos prestamos a la confusión, acerqué mi mano a tu mejilla y acaricié tu pelo; Esa piel blanca y suave como la seda se sonrojó (Me robaste otra sonrisa...) y bajaste vergonzosamente la mirada. Manteniendo una pelea por mis adentros, tomé un impulso, me acerqué y la besé...
Maldigo el día que la conocí.. pero no me arrepiento.
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